11
¡Oh, queridos amigos corintios!, les hemos hablado con toda sinceridad y nuestro corazón está abierto a ustedes.
12
No hay falta de amor de nuestra parte, pero ustedes nos han negado su amor.
13
Les pido que respondan como si fueran mis propios hijos. ¡Ábrannos su corazón!
14
El templo del Dios viviente
No se asocien íntimamente con los que son incrédulos. ¿Cómo puede la justicia asociarse con la maldad? ¿Cómo puede la luz vivir con las tinieblas?
15
¿Qué armonía puede haber entre Cristo y el diablo?
¿Cómo puede un creyente asociarse con un incrédulo?
16
¿Y qué clase de unión puede haber entre el templo de Dios y los ídolos? Pues nosotros somos el templo del Dios viviente. Como dijo Dios:
«Viviré en ellos
y caminaré entre ellos.
Yo seré su Dios,
y ellos serán mi pueblo.
17
Por lo tanto, salgan de entre los incrédulos
y apártense de ellos, dice el Señor
.
No toquen sus cosas inmundas,
y yo los recibiré a ustedes.
18
Y yo seré su Padre,
y ustedes serán mis hijos e hijas,
dice el Señor
Todopoderoso»
.