1
Como colaboradores de Dios,
les suplicamos que no reciban ese maravilloso regalo de la bondad de Dios y luego no le den importancia.
2
Pues Dios dice:
«En el momento preciso, te oí.
En el día de salvación te ayudé»
.
Efectivamente, el «momento preciso» es ahora. Hoy es el día de salvación.
3
Dificultades y privaciones de Pablo
Vivimos de tal manera que nadie tropezará a causa de nosotros, y nadie encontrará ninguna falta en nuestro ministerio.
4
En todo lo que hacemos, demostramos que somos verdaderos ministros de Dios. Con paciencia soportamos dificultades y privaciones y calamidades de toda índole.
5
Fuimos golpeados, encarcelados, enfrentamos a turbas enfurecidas, trabajamos hasta quedar exhaustos, aguantamos noches sin dormir y pasamos hambre.
6
Demostramos lo que somos por nuestra pureza, nuestro entendimiento, nuestra paciencia, nuestra bondad, por el Espíritu Santo que está dentro de nosotros
y por nuestro amor sincero.
7
Con fidelidad predicamos la verdad. El poder de Dios actúa en nosotros. Usamos las armas de la justicia con la mano derecha para atacar y con la izquierda para defender.
8
Servimos a Dios, ya sea que la gente nos honre o nos desprecie, sea que nos calumnie o nos elogie. Somos sinceros, pero nos llaman impostores.
9
Nos ignoran aun cuando somos bien conocidos. Vivimos al borde de la muerte, pero aún seguimos con vida. Nos han golpeado, pero no matado.