4
—Dime cómo puedo ayudarte —exclamó Jonatán.
5
—Mañana celebraremos el festival de luna nueva —respondió David—. Siempre he comido con el rey en esa ocasión, pero mañana me esconderé en el campo y me quedaré allí hasta la tarde del tercer día.
6
Si tu padre pregunta dónde estoy, dile que pedí permiso para ir a mi casa en Belén para un sacrificio anual que celebra mi familia.
7
Si él dice: «¡Está bien!», sabrás que todo realmente está bien; pero si se enoja y pierde los estribos, sabrás que está decidido a matarme.
8
Muéstrame la lealtad de quien juró ser mi amigo —porque hicimos un pacto solemne delante del Señor
— o mátame tú mismo si he pecado contra tu padre. ¡Pero te ruego que no me traiciones entregándome a él!
9
—¡Jamás! —exclamó Jonatán—. Tú sabes que si tuviera la menor idea de que mi padre pensara matarte, te lo diría de inmediato.
10
Entonces David le preguntó:
—¿Cómo podré saber si tu padre está enojado o no?
11
—Ven al campo conmigo —le respondió Jonatán.
Entonces salieron juntos al campo
12
y Jonatán le dijo a David:
—Te prometo por el Señor
, Dios de Israel, que para mañana a esta hora, o a más tardar, pasado mañana, hablaré con mi padre e inmediatamente te haré saber qué piensa acerca de ti. Si él habla bien de ti, te lo haré saber.
13
Pero si está enojado y quiere matarte, que el Señor
me castigue y aun me mate si no te advierto para que puedas escapar y vivir. Que el Señor
esté contigo como antes estaba con mi padre.
14
Y que tú me trates con el fiel amor del Señor
mientras que yo viva. Pero si muero,