14
Y si todavía vivo, ¿no me mostrarás la misericordia del SEÑOR, para que no muera?
15
No quitarás tu misericordia de mi casa para siempre, ni aun cuando el SEÑOR haya quitado de la faz de la tierra a cada uno de los enemigos de David.
16
Jonatán, pues, hizo un pacto con la casa de David, diciendo: El SEÑOR lo demande de la mano de los enemigos de David.
17
Y Jonatán hizo jurar a David otra vez a causa de su amor por él, pues le amaba como a sí mismo.
18
Entonces Jonatán le dijo: Mañana es luna nueva y serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío.
19
Cuando hayas estado ausente tres días, descenderás aprisa y vendrás al lugar donde te escondiste el día de aquel suceso, y permanecerás junto a la piedra de Ezel.
20
Yo tiraré tres saetas hacia un lado, como tirando al blanco.
21
Y he aquí, enviaré al muchacho, diciendo: "Ve, busca las saetas." Si digo claramente al muchacho: "He aquí, las saetas están más acá de ti, tómalas", entonces ven porque hay seguridad para ti y no habrá mal, vive el SEÑOR.
22
Pero si digo al joven: "He aquí, las saetas están más allá de ti", vete, porque el SEÑOR te ha enviado.
23
En cuanto al acuerdo del cual tú y yo hemos hablado, he aquí, el SEÑOR está entre nosotros dos para siempre.
24
Se escondió, pues, David en el campo. Cuando vino la luna nueva, el rey se sentó a comer.