1
Y ANNA oró y dijo: Mi corazón se regocija en Jehová, Mi cuerno es ensalzado en Jehová; Mi boca se ensanchó sobre mis enemigos, Por cuanto me alegré en tu salud.
2
No hay santo como Jehová: Porque no hay ninguno fuera de ti; Y no hay refugio como el Dios nuestro.
3
No multipliquéis hablando grandezas, altanerías; Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca; Porque el Dios de todo saber es Jehová, Y á él toca el pesar las acciones.
4
Los arcos de los fuertes fueron quebrados, Y los flacos se ciñeron de fortaleza.
5
Los hartos se alquilaron por pan: Y cesaron los hambrientos: Hasta parir siete la estéril, Y la que tenía muchos hijos enfermó.
6
Jehová mata, y él da vida: El hace descender al sepulcro, y hace subir.