47
Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y lanza; porque de Jehová es la guerra, y él os entregará en nuestras manos.
48
Y aconteció que, como el Filisteo se levantó para ir y llegarse contra David, David se dió priesa, y corrió al combate contra el Filisteo.
49
Y metiendo David su mano en el saco, tomó de allí una piedra, y tirósela con la honda, é hirió al Filisteo en la frente: y la piedra quedó hincada en la frente, y cayó en tierra sobre su rostro.
50
Así venció David al Filisteo con honda y piedra; é hirió al Filisteo y matólo, sin tener David espada en su mano.
51
Mas corrió David y púsose sobre el Filisteo, y tomando la espada de él, sacándola de su vaina, matólo, y cortóle con ella la cabeza. Y como los Filisteos vieron su gigante muerto, huyeron.
52
Y levantándose los de Israel y de Judá, dieron grita, y siguieron á los Filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron heridos de los Filisteos por el camino de Saraim, hasta Gath y Ecrón.
53
Tornando luego los hijos de Israel de seguir los Filisteos, despojaron su campamento.
54
Y David tomó la cabeza del Filisteo, y trájola á Jerusalem, mas puso sus armas en su tienda.
55
Y cuando Saúl vió á David que salía á encontrarse con el Filisteo, dijo á Abner general del ejército: Abner, ¿de quién es hijo aquel mancebo? Y Abner respondió:
56
Vive tu alma, oh rey, que no lo sé. Y el rey dijo: Pregunta pues de quién es hijo aquel mancebo.
57
Y cuando David volvía de matar al Filisteo, Abner lo tomó, y llevólo delante de Saúl, teniendo la cabeza del Filisteo en su mano.