21
Poco tiempo después las fuerzas israelitas y filisteas quedaron frente a frente, ejército contra ejército.
22
David dejó sus cosas con el hombre que guardaba las provisiones y se apresuró a ir hacia las filas para saludar a sus hermanos.
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Mientras hablaba con ellos, Goliat, el campeón filisteo de Gat, salió de entre las tropas filisteas. En ese momento, David lo escuchó gritar sus ya acostumbradas burlas al ejército de Israel.
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Tan pronto como las tropas israelitas lo vieron, comenzaron a huir espantadas.
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—¿Ya vieron al gigante? —preguntaban los hombres—. Sale cada día a desafiar a Israel. El rey ha ofrecido una enorme recompensa a cualquiera que lo mate. ¡A ese hombre le dará una de sus hijas como esposa y toda su familia quedará exonerada de pagar impuestos!
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David les preguntó a los soldados que estaban cerca de él:
—¿Qué recibirá el hombre que mate al filisteo y ponga fin a su desafío contra Israel? Y a fin de cuentas, ¿quién es este filisteo pagano, al que se le permite desafiar a los ejércitos del Dios viviente?
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Estos hombres le dieron a David la misma respuesta. Le dijeron:
—Efectivamente, esa es la recompensa por matarlo.
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Pero cuando Eliab, el hermano mayor de David, lo oyó hablar con los hombres, se enojó.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le reclamó—. ¿Qué pasó con esas pocas ovejas que se supone que deberías estar cuidando? Conozco tu orgullo y tu engaño. ¡Solo quieres ver la batalla!
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—¿Qué hice ahora? —contestó David—. ¡Solo hacía una pregunta!
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Entonces caminó hacia otros y les preguntó lo mismo, y recibió la misma respuesta.
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Entonces le contaron a Saúl la pregunta de David, y el rey mandó llamarlo.
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David mata a Goliat
—No te preocupes por este filisteo —le dijo David a Saúl—. ¡Yo iré a pelear contra él!
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—¡No seas ridículo! —respondió Saúl—. ¡No hay forma de que tú puedas pelear contra ese filisteo y ganarle! Eres tan solo un muchacho, y él ha sido un hombre de guerra desde su juventud.
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Pero David insistió:
—He estado cuidando las ovejas y las cabras de mi padre. Cuando un león o un oso viene para robar un cordero del rebaño,
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yo lo persigo con un palo y rescato el cordero de su boca. Si el animal me ataca, lo tomo de la quijada y lo golpeo hasta matarlo.
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Lo he hecho con leones y con osos, y lo haré también con este filisteo pagano, ¡porque ha desafiado a los ejércitos del Dios viviente!
37
¡El mismo Señor
que me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo!
Así que Saúl por fin accedió:
—Está bien, adelante. ¡Y que el Señor
esté contigo!
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Después Saúl le dio a David su propia armadura: un casco de bronce y una cota de malla.
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David se los puso, se ciñó la espada y probó dar unos pasos porque nunca antes se había vestido con algo semejante.
—No puedo andar con todo esto —le dijo a Saúl—. No estoy acostumbrado a usarlo.
Así que David se lo quitó.
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Tomó cinco piedras lisas de un arroyo y las metió en su bolsa de pastor. Luego, armado únicamente con su vara de pastor y su honda, comenzó a cruzar el valle para luchar contra el filisteo.
41
Goliat caminaba hacia David con su escudero delante de él,
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mirando con desdén al muchacho de mejillas sonrosadas.
43
—¿Soy acaso un perro —le rugió a David— para que vengas contra mí con un palo?
Y maldijo a David en nombre de sus dioses.
44
—¡Ven aquí, y les daré tu carne a las aves y a los animales salvajes! —gritó Goliat.
45
David le respondió al filisteo:
—Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor
de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado.
46
Hoy el Señor
te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel!
47
Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor
rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor
, y los entregará a ustedes en nuestras manos!
48
Cuando Goliat se acercó para atacarlo, David fue corriendo para enfrentarse con él.
49
Metió la mano en su bolsa de pastor, sacó una piedra, la lanzó con su honda y golpeó al filisteo en la frente. La piedra se le incrustó allí y Goliat se tambaleó y cayó de cara al suelo.
50
Así David triunfó sobre el filisteo con solo una honda y una piedra, porque no tenía espada.
51
Después David corrió y sacó de su vaina la espada de Goliat y la usó para matarlo y cortarle la cabeza.
Israel derrota a los filisteos
Cuando los filisteos vieron que su campeón estaba muerto, se dieron la vuelta y huyeron.
52
Así que los hombres de Israel y Judá dieron un gran grito de triunfo y corrieron tras los filisteos, persiguiéndolos tan lejos como Gat
y hasta las puertas de Ecrón. Los cuerpos de los filisteos muertos y heridos estuvieron esparcidos a lo largo del camino de Saaraim, hasta Gat y Ecrón.
53
Luego el ejército de Israel regresó y saqueó el campamento abandonado de los filisteos.
54
(David llevó la cabeza del filisteo a Jerusalén, pero guardó la armadura en su propia carpa).
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Al observar a David pelear contra el filisteo, Saúl le preguntó a Abner, el comandante de su ejército:
—Abner, ¿quién es el padre de este muchacho?
—En realidad no lo sé —declaró Abner.
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—Bueno, ¡averigua quién es! —le dijo el rey.
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Tan pronto como David regresó de matar a Goliat, Abner lo llevó ante Saúl con la cabeza del filisteo todavía en la mano.
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—Dime quién es tu padre, muchacho —le dijo Saúl.
—Su nombre es Isaí, y vivimos en Belén —contestó David.