9
Saúl y sus hombres le perdonaron la vida a Agag y se quedaron con lo mejor de las ovejas y las cabras, del ganado, de los becerros gordos y de los corderos; de hecho, con todo lo que les atrajo. Solo destruyeron lo que no tenía valor o que era de mala calidad.
10
El Señor
rechaza a Saúl
Luego el Señor
le dijo a Samuel:
11
«Lamento haber hecho a Saúl rey, porque no me ha sido leal y se ha negado a obedecer mi mandato». Al oírlo, Samuel se conmovió tanto que clamó al Señor
durante toda la noche.
12
Temprano a la mañana siguiente Samuel fue a buscar a Saúl. Alguien le dijo: «Saúl fue a la ciudad de Carmelo a levantar un monumento en su propio honor y después continuó a Gilgal».
13
Cuando por fin Samuel lo encontró, Saúl lo saludó con alegría.
—Que el Señor
te bendiga —le dijo—. Llevé a cabo el mandato del Señor
.
14
—Entonces, ¿qué es todo ese balido de ovejas y cabras, y ese mugido de ganado que oigo? —le preguntó Samuel.
15
—Es cierto que los soldados dejaron con vida lo mejor de las ovejas, las cabras y el ganado —admitió Saúl—, pero van a sacrificarlos al Señor
tu Dios. Hemos destruido todo lo demás.
16
Entonces Samuel le dijo a Saúl:
—¡Basta! ¡Escucha lo que el Señor
me dijo anoche!
—¿Qué te dijo? —preguntó Saúl.
17
Y Samuel le dijo:
—Aunque te tengas en poca estima, ¿acaso no eres el líder de las tribus de Israel? El Señor
te ungió como rey de Israel,
18
te envió en una misión y te dijo: “Ve y destruye por completo a los pecadores —a los amalecitas— hasta que todos estén muertos”.
19
¿Por qué no obedeciste al Señor
? ¿Por qué te apuraste a tomar del botín y a hacer lo que es malo a los ojos del Señor
?