18
Y el SEÑOR te envió en una misión, y dijo: "Ve, y destruye por completo a los pecadores, los amalecitas, y lucha contra ellos hasta que sean exterminados."
19
¿Por qué, pues, no obedeciste la voz del SEÑOR, sino que te lanzaste sobre el botín e hiciste lo malo ante los ojos del SEÑOR?
20
Entonces Saúl dijo a Samuel: Yo obedecí la voz del SEÑOR, y fui en la misión a la cual el SEÑOR me envió, y he traído a Agag, rey de Amalec, y he destruido por completo a los amalecitas.
21
Mas el pueblo tomó del botín ovejas y bueyes, lo mejor de las cosas dedicadas al anatema, para ofrecer sacrificio al SEÑOR tu Dios en Gilgal.
22
Y Samuel dijo: ¿Se complace el SEÑOR tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del SEÑOR? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los carneros.
23
Porque la rebelión es como pecado de adivinación, y la desobediencia, como iniquidad e idolatría. Por cuanto has desechado la palabra del SEÑOR, El también te ha desechado para que no seas rey.
24
Entonces Saúl dijo a Samuel: He pecado; en verdad he quebrantado el mandamiento del SEÑOR y tus palabras, porque temí al pueblo y escuché su voz.
25
Ahora pues, te ruego que perdones mi pecado y vuelvas conmigo para que adore al SEÑOR.
26
Pero Samuel respondió a Saúl: No volveré contigo; porque has desechado la palabra del SEÑOR, y el SEÑOR te ha desechado para que no seas rey sobre Israel.
27
Cuando Samuel se volvía para irse, Saúl asió el borde de su manto, y éste se rasgó.
28
Entonces Samuel le dijo: Hoy el SEÑOR ha arrancado de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo que es mejor que tú.
29
También la Gloria de Israel no mentirá ni cambiará su propósito, porque El no es hombre para que cambie de propósito.
30
Y Saúl dijo: He pecado, pero te ruego que me honres ahora delante de los ancianos de mi pueblo y delante de Israel y que regreses conmigo para que yo adore al SEÑOR tu Dios.
31
Volvió Samuel tras Saúl, y Saúl adoró al SEÑOR.
32
Entonces Samuel dijo: Traedme a Agag, rey de los amalecitas. Y Agag vino a él alegremente . Y Agag dijo: Ciertamente, la amargura de la muerte ha pasado ya.
33
Pero Samuel dijo: Como tu espada ha dejado a las mujeres sin hijos, así también tu madre será sin hijo entre las mujeres. Y Samuel despedazó a Agag delante del SEÑOR en Gilgal.
34
Luego Samuel se fue a Ramá, pero Saúl subió a su casa en Guibeá de Saúl.
35
Samuel no vio más a Saúl hasta el día de su muerte. Y Samuel lloraba por Saúl, pues el SEÑOR se había arrepentido de haber puesto a Saúl por rey sobre Israel.