27
Pero, ¿morará verdaderamente Dios sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener, cuánto menos esta casa que yo he edificado.
28
No obstante, atiende a la oración de tu siervo y a su súplica, oh SEÑOR Dios mío, para que oigas el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti;
29
que tus ojos estén abiertos noche y día sobre esta casa, hacia el lugar del cual has dicho: "Mi nombre estará allí," para que oigas la oración que tu siervo hará sobre este lugar.
30
Y escucha la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel cuando oren hacia este lugar; escucha tú en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona.
31
Si alguno peca contra su prójimo y se le exige juramento, y viene y jura delante de tu altar en esta casa,
32
escucha tú desde los cielos y obra y juzga a tus siervos, condenando al impío haciendo recaer su conducta sobre su cabeza, y justificando al justo dándole conforme a su justicia.
33
Cuando tu pueblo Israel sea derrotado delante de un enemigo por haber pecado contra ti, si se vuelven a ti y confiesan tu nombre, y oran y te hacen súplica en esta casa,
34
escucha tú desde los cielos y perdona el pecado de tu pueblo Israel, y hazlos volver a la tierra que diste a sus padres.
35
Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia por haber ellos pecado contra ti, y oren hacia este lugar y confiesen tu nombre, y se vuelvan de su pecado cuando tú los aflijas,
36
escucha tú desde los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel; sí, enséñales el buen camino por el que deben andar. Y envía lluvia sobre tu tierra, la que diste a tu pueblo por heredad.
37
Si hay hambre en la tierra, si hay pestilencia, si hay tizón o añublo, langosta o saltamontes, si su enemigo los sitia en la tierra de sus ciudades , cualquier plaga, cualquier enfermedad que haya,
38
toda oración o toda súplica que sea hecha por cualquier hombre o por todo tu pueblo Israel, conociendo cada cual la aflicción de su corazón, y extendiendo sus manos hacia esta casa,
39
escucha tú desde los cielos, el lugar de tu morada, y perdona, actúa y da a cada uno conforme a todos sus caminos, ya que conoces su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de todos los hijos de los hombres),
40
para que te teman todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que diste a nuestros padres.
41
También en cuanto al extranjero que no es de tu pueblo Israel, cuando venga de una tierra lejana a causa de tu nombre
42
(porque oirán de tu gran nombre, de tu mano poderosa y de tu brazo extendido), y venga a orar a esta casa,
43
escucha tú desde los cielos, el lugar de tu morada, y haz conforme a todo lo que el extranjero te pida, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre para que te teman, como te teme tu pueblo Israel, y para que sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que he edificado.
44
Cuando tu pueblo salga a la batalla contra su enemigo, por cualquier camino que tú los envíes, y oren al SEÑOR vueltos hacia la ciudad que tú has escogido y hacia la casa que he edificado a tu nombre,
45
escucha desde los cielos su oración y su súplica, y hazles justicia.
46
Cuando pequen contra ti (pues no hay hombre que no peque) y estés airado contra ellos, y los entregues delante del enemigo, y éstos los lleven cautivos a la tierra del enemigo, lejos o cerca,
47
si recapacitan en la tierra adonde hayan sido llevados cautivos, y se arrepienten y te hacen súplica en la tierra de los que los llevaron cautivos, diciendo: "Hemos pecado y hemos cometido iniquidad, hemos obrado perversamente",