14
Después los líderes de la ciudad mandaron a decirle a Jezabel: «Nabot fue apedreado hasta morir».
15
En cuanto Jezabel oyó la noticia, le dijo a Acab: «¿Recuerdas el viñedo que Nabot no quería venderte? Bueno, pues, ¡ahora es tuyo! ¡Nabot está muerto!».
16
Entonces Acab bajó de inmediato al viñedo de Nabot para tomarlo en posesión.
17
Pero el Señor
dijo a Elías:
18
«Ve a encontrarte con el rey Acab de Israel, que gobierna en Samaria. Estará en Jezreel, en el viñedo de Nabot, adueñándose de él.
19
Dale el siguiente mensaje: “Esto dice el Señor
: ‘¿No te bastó con matar a Nabot? ¿También tienes que robarle? Por lo que has hecho, ¡los perros lamerán tu sangre en el mismo lugar donde lamieron la sangre de Nabot!’”».
20
—Así que, enemigo mío, ¡me has encontrado! —le dijo Acab a Elías.
—Sí —contestó Elías—, te encontré porque te has vendido para hacer lo malo a los ojos del Señor
.
21
Por eso ahora el Señor
dice: “Traeré calamidad sobre ti y te consumiré. ¡Destruiré a cada uno de tus descendientes varones, tanto esclavos como libres, en todo Israel!
22
Voy a destruir a tu familia como lo hice con la familia de Jeroboam, hijo de Nabat, y con la familia de Baasa, hijo de Ahías, ¡porque me hiciste enojar mucho e hiciste pecar a Israel!”.
23
»En cuanto a Jezabel, el Señor
dice: “Los perros se comerán el cuerpo de Jezabel en la parcela de Jezreel”.
24
»A los miembros de la familia de Acab que mueran en la ciudad, se los comerán los perros, y a los que mueran en el campo se los comerán los buitres.