20
Clamaron a Dios durante la batalla, y él contestó su oración porque confiaron en él. De modo que derrotaron a los agarenos y a todos sus aliados.
21
Entre el botín que tomaron de los agarenos había 50.000 camellos, 250.000 ovejas, 2000 burros y 100.000 cautivos.
22
Muchos de los agarenos murieron en la batalla porque Dios luchaba contra ellos. Los habitantes de Rubén, Gad y Manasés vivieron en su tierra hasta que fueron llevados al destierro.
23
La media tribu de Manasés era muy grande y se extendió por la tierra desde Basán hasta Baal-hermón, Senir y el monte Hermón.
24
Estos fueron los jefes de sus clanes: Efer,
Isi, Eliel, Azriel, Jeremías, Hodavías y Jahdiel. Estos hombres tuvieron gran fama como guerreros poderosos y jefes de sus clanes.
25
Sin embargo, estas tribus fueron infieles al Dios de sus antepasados. Adoraron a los dioses de las naciones que Dios había destruido.
26
Por eso el Dios de Israel hizo que el rey Pul de Asiria (también conocido como Tiglat-pileser) invadiera la tierra y se llevara cautivos a la tribu de Rubén, a la tribu de Gad y a la media tribu de Manasés. Los asirios los desterraron y los llevaron a Halaj, a Habor, a Hara y al río Gozán, donde se encuentran hasta el día de hoy.