10
Entonces David bendijo así al SEÑOR en presencia de toda la asamblea:«¡Bendito seas, SEÑOR,Dios de nuestro padre Israel,desde siempre y para siempre!
11
Tuyos son, SEÑOR,la grandeza y el poder,la gloria, la victoria y la majestad.Tuyo es todo cuanto hayen el cielo y en la tierra.Tuyo también es el reino,y tú estás por encima de todo.
12
De ti proceden la riqueza y el honor;tú lo gobiernas todo.En tus manos están la fuerza y el poder,y eres tú quien engrandece y fortalece a todos.
13
Por eso, Dios nuestro, te damos gracias,y a tu glorioso nombre tributamos alabanzas.
14
»Pero, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido.
15
Ante ti, somos extranjeros y peregrinos, como lo fueron nuestros antepasados. Nuestros días sobre la tierra son solo una sombra sin esperanza.
16
SEÑOR y Dios nuestro, de ti procede todo cuanto hemos conseguido para construir un templo a tu santo nombre. ¡Todo es tuyo!
17
Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas.
18
SEÑOR, Dios de nuestros antepasados Abraham, Isaac e Israel, conserva por siempre estos pensamientos en el corazón de tu pueblo, y dirige su corazón hacia ti.
19
Dale también a mi hijo Salomón un corazón íntegro, para que obedezca y ponga en práctica tus mandamientos, preceptos y leyes. Permítele construir el templo para el cual he hecho esta provisión».
20
Luego David animó a toda la asamblea: «¡Alaben al SEÑOR su Dios!» Entonces toda la asamblea alabó al SEÑOR, Dios de sus antepasados, y se inclinó ante el SEÑOR y ante el rey.