5
Asaf, el líder de este grupo, tocaba los címbalos. El segundo era Zacarías, seguido por Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benaía, Obed-edom y Jeiel. Ellos tocaban las arpas y las liras.
6
Los sacerdotes, Benaía y Jahaziel, tocaban las trompetas continuamente ante el arca del pacto de Dios.
7
Cántico de alabanza de David
Ese día David le dio a Asaf y a sus compañeros levitas esta canción de agradecimiento al Señor
:
8
Den gracias al Señor
y proclamen su grandeza;
que todo el mundo sepa lo que él ha hecho.
9
Canten a él; sí, cántenle alabanzas;
cuéntenle a todo el mundo acerca de sus obras maravillosas.
10
Regocíjense por su santo nombre;
alégrense ustedes, los que adoran al Señor
.
11
Busquen al Señor
y su fuerza,
búsquenlo continuamente.
12
Recuerden las maravillas y los milagros que ha realizado,
y las resoluciones que ha dictado,
13
ustedes, hijos de su siervo Israel,
descendientes de Jacob, los elegidos de Dios.
14
Él es el Señor
nuestro Dios;
su justicia se ve por toda la tierra.
15
Recuerden su pacto para siempre,
el compromiso que adquirió con mil generaciones.
16
Es el pacto que hizo con Abraham
y el juramento que le hizo a Isaac.
17
Se lo confirmó a Jacob como un decreto
y al pueblo de Israel como un pacto eterno:
18
«Te daré la tierra de Canaán
como tu preciada posesión».
19
Eso lo dijo cuando eran pocos,
un pequeño grupo de extranjeros en Canaán.
20
Anduvieron de nación en nación,
de un reino a otro.
21
Sin embargo, él no permitió que nadie los oprimiera.
A favor de ellos, les advirtió a los reyes:
22
«No toquen a mi pueblo elegido
ni hagan daño a mis profetas».
23
¡Que toda la tierra cante al Señor
!
Cada día anuncien las buenas noticias de que él salva.
24
Publiquen sus gloriosas obras entre las naciones;
cuéntenles a todos las cosas asombrosas que él hace.
25
¡Grande es el Señor
! ¡Es el más digno de alabanza!
A él hay que temer por sobre todos los dioses.
26
Los dioses de las otras naciones no son más que ídolos,
¡pero el Señor
hizo los cielos!
27
Honor y majestad lo rodean;
fuerza y gozo llenan su morada.
28
Oh naciones del mundo, reconozcan al Señor
;
reconozcan que el Señor
es fuerte y glorioso.
29
¡Denle al Señor
la gloria que merece!
Lleven ofrendas y entren en su presencia.
Adoren al Señor
en todo su santo esplendor;
30
que toda la tierra tiemble delante de él.
El mundo permanece firme y no puede ser sacudido.
31
¡Que los cielos se alegren, y la tierra se goce!
Digan a todas las naciones: «¡El Señor
reina!».
32
¡Que el mar y todo lo que contiene exclamen sus alabanzas!
¡Que los campos y sus cultivos estallen de alegría!
33
Que los árboles del bosque susurren con alabanza,
porque el Señor
viene a juzgar la tierra.
34
¡Den gracias al Señor
, porque él es bueno!
Su fiel amor perdura para siempre.
35
Exclamen: «¡Sálvanos, oh Dios de nuestra salvación!
Reúnenos y rescátanos de entre las naciones,
para que podamos agradecer a tu santo nombre,
alegrarnos y alabarte».