20
Anduvieron de nación en nación,
de un reino a otro.
21
Sin embargo, él no permitió que nadie los oprimiera.
A favor de ellos, les advirtió a los reyes:
22
«No toquen a mi pueblo elegido
ni hagan daño a mis profetas».
23
¡Que toda la tierra cante al Señor
!
Cada día anuncien las buenas noticias de que él salva.
24
Publiquen sus gloriosas obras entre las naciones;
cuéntenles a todos las cosas asombrosas que él hace.
25
¡Grande es el Señor
! ¡Es el más digno de alabanza!
A él hay que temer por sobre todos los dioses.
26
Los dioses de las otras naciones no son más que ídolos,
¡pero el Señor
hizo los cielos!
27
Honor y majestad lo rodean;
fuerza y gozo llenan su morada.
28
Oh naciones del mundo, reconozcan al Señor
;
reconozcan que el Señor
es fuerte y glorioso.
29
¡Denle al Señor
la gloria que merece!
Lleven ofrendas y entren en su presencia.
Adoren al Señor
en todo su santo esplendor;
30
que toda la tierra tiemble delante de él.
El mundo permanece firme y no puede ser sacudido.