7
Pusieron el arca de Dios en una carreta nueva y la retiraron de la casa de Abinadab. Uza y Ahío guiaban la carreta.
8
David y todo Israel celebraban ante Dios con todas sus fuerzas, entonando canciones y tocando todo tipo de instrumentos musicales: liras, arpas, panderetas, címbalos y trompetas.
9
Cuando llegaron al campo de trillar de Nacón,
los bueyes tropezaron, y Uza extendió la mano para sujetar el arca.
10
Entonces se encendió el enojo del Señor
contra Uza, y lo hirió de muerte porque había puesto su mano sobre el arca. Así fue como Uza murió allí en la presencia de Dios.
11
David se enojó porque la ira de Dios se había desatado contra Uza y llamó a ese lugar Fares-uza (que significa «desatarse contra Uza»), nombre que conserva hasta el día de hoy.
12
Ahora David tenía miedo de Dios y preguntó: «¿Cómo podré regresar el arca de Dios para que esté bajo mi cuidado?».
13
Por lo tanto, David no trasladó el arca a la Ciudad de David, sino que la llevó a la casa de Obed-edom de Gat.
14
El arca de Dios permaneció en la casa de Obed-edom por tres meses, y el Señor
bendijo a los de la casa de Obed-edom y todo lo que él poseía.