31 Pues juro, amados hermanos, que todos los días enfrento la muerte. Esto es tan cierto como el orgullo que siento por lo que Cristo Jesús nuestro Señor ha hecho en ustedes.
32 ¿Y qué valor hubo en luchar contra las fieras salvajes —esa gente de Éfeso—
si no habrá resurrección de los muertos? Y si no hay resurrección, «¡comamos y bebamos, que mañana moriremos!»
.
33 No se dejen engañar por los que dicen semejantes cosas, porque «las malas compañías corrompen el buen carácter».
34 Piensen bien sobre lo que es correcto y dejen de pecar. Pues para su vergüenza les digo que algunos de ustedes no conocen a Dios en absoluto.
35 El cuerpo resucitado
Pero alguien podría preguntar: «¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Qué clase de cuerpos tendrán?».
36 ¡Qué pregunta tan tonta! Cuando pones una semilla en la tierra, esta no crece y llega a ser una planta a menos que muera primero;
37 y lo que pones en el suelo no es la planta que crecerá sino tan solo una simple semilla de trigo o de lo que estés sembrando.
38 Luego Dios le da el cuerpo nuevo que él quiere que tenga. De cada clase de semilla crece una planta diferente.
39 De modo parecido, hay diferentes clases de carne: una para los humanos, otra para los animales, otra para las aves y otra para los peces.
40 También hay cuerpos en los cielos y cuerpos sobre la tierra. La gloria de los cuerpos celestiales es diferente de la gloria de los cuerpos terrenales.
41 El sol tiene una clase de gloria, mientras que la luna tiene otra y las estrellas tienen otra. Y hasta las estrellas se diferencian unas de otras por la gloria de cada una.
42 Lo mismo sucede con la resurrección de los muertos. Cuando morimos, nuestros cuerpos terrenales son plantados en la tierra, pero serán resucitados para que vivan por siempre.
43 Nuestros cuerpos son enterrados en deshonra, pero serán resucitados en gloria. Son enterrados en debilidad, pero serán resucitados en fuerza.
44 Son enterrados como cuerpos humanos naturales, pero serán resucitados como cuerpos espirituales. Pues, así como hay cuerpos naturales, también hay cuerpos espirituales.
45 Las Escrituras nos dicen: «El primer hombre, Adán, se convirtió en ser viviente»
, pero el último Adán —es decir, Cristo— es un Espíritu que da vida.
46 Lo que primero viene es el cuerpo natural, y más tarde viene el cuerpo espiritual.
47 Adán, el primer hombre, fue formado del polvo de la tierra, mientras que Cristo, el segundo hombre, vino del cielo.
48 Los que son terrenales son como el hombre terrenal, y los que son celestiales son como el hombre celestial.
49 Al igual que ahora somos como el hombre terrenal, algún día seremos como
el hombre celestial.
50 Lo que les digo, amados hermanos, es que nuestros cuerpos físicos no pueden heredar el reino de Dios. Estos cuerpos que mueren no pueden heredar lo que durará para siempre.
51 Pero permítanme revelarles un secreto maravilloso. ¡No todos moriremos, pero todos seremos transformados!

La Biblia de las Américas (Español) BLA

1 Corintios 15:31 Os aseguro, hermanos, por la satisfacción que siento por vosotros en Cristo Jesús nuestro Señor, que cada día estoy en peligro de muerte .

English Standard Version ESV

1 Corinthians 15:31 I protest, brothers, by my pride in you, which I have in Christ Jesus our Lord, I die every day!

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

1 Corintios 15:31 Cada día trago la muerte por mantenerme en la gloriación de haberles enseñado, la cual tengo en Cristo Jesús Señor nuestro

King James Version KJV

New King James Version NKJV

1 Corinthians 15:31 I affirm, by the boasting in you which I have in Christ Jesus our Lord, I die daily.

Nueva Versión Internacional NVI

1 Corintios 15:31 Que cada día muero, hermanos, es tan cierto como el orgullo que siento por ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

1 Corintios 15:31 Sí, por la gloria que en orden á vosotros tengo en Cristo Jesús Señor nuestro, cada día muero.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

1 Corintios 15:31 Cada día trago la muerte por mantenerme en la gloriación de haberlos enseñado, la cual tengo en Cristo Jesús Señor nuestro.

Herramientas de Estudio para 1 Corintios 15:31-51