30
Y también, ¿por qué estamos en peligro a toda hora?
31
Os aseguro, hermanos, por la satisfacción que siento por vosotros en Cristo Jesús nuestro Señor, que cada día estoy en peligro de muerte .
32
Si por motivos humanos luché contra fieras en Efeso, ¿de qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, COMAMOS Y BEBAMOS, QUE MAÑANA MORIREMOS.
33
No os dejéis engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.
34
Sed sobrios, como conviene, y dejad de pecar; porque algunos no tienen conocimiento de Dios. Para verguenza vuestra lo digo.
35
Pero alguno dirá: ¿Cómo resucitan los muertos? ¿Y con qué clase de cuerpo vienen?
36
¡Necio! Lo que tú siembras no llega a tener vida si antes no muere;
37
y lo que siembras, no siembras el cuerpo que nacerá, sino grano desnudo, quizás de trigo o de alguna otra especie.
38
Pero Dios le da un cuerpo como El quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.
39
No toda carne es la misma carne, sino que una es la de los hombres, otra la de las bestias, otra la de las aves y otra la de los peces.
40
Hay, asimismo, cuerpos celestiales y cuerpos terrestres, pero la gloria del celestial es una, y la del terrestre es otra.