23
Todo me es lícito, mas no todo conviene: todo me es lícito, mas no todo edifica.
24
Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
25
De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia;
26
Porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.
27
Y si algún infiel os llama, y queréis ir, de todo lo que se os pone delante comed, sin preguntar nada por causa de la conciencia.
28
Mas si alguien os dijere: Esto fué sacrificado á los ídolos: no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por causa de la conciencia: porque del Señor es la tierra y lo que la hinche.
29
La conciencia, digo, no tuya, sino del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por otra conciencia?
30
Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser blasfemado por lo que doy gracias?
31
Si pues coméis, ó bebéis, ó hacéis otra cosa, haced lo todo á gloria de Dios.
32
Sed sin ofensa á Judíos, y á Gentiles, y á la iglesia de Dios;
33
Como también yo en todas las cosas complazco á todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos.