19
»Cuando recojas tus cosechas, lleva a la casa del Señor
tu Dios lo mejor de la primera cosecha.
»No cocines a un cabrito en la leche de su madre.
20
Promesa de la presencia del Señor
»Mira, yo envío un ángel delante de ti para que te proteja en el viaje y te lleve a salvo al lugar que te he preparado.
21
Préstale mucha atención y obedece sus instrucciones. No te rebeles contra él, porque es mi representante y no perdonará tu rebelión.
22
Pero si te aseguras de obedecerlo y sigues todas mis instrucciones, entonces yo seré enemigo de tus enemigos y me opondré a todos los que se te opongan.
23
Pues mi ángel irá delante de ti y te llevará a la tierra de los amorreos, de los hititas, de los ferezeos, de los cananeos, de los heveos y de los jebuseos, para que vivas en ella. Yo los destruiré por completo.
24
No rindas culto a los dioses de estas naciones, ni los sirvas de ninguna manera, ni imites sus prácticas malvadas. En cambio, destruye sus ídolos por completo y destroza sus columnas sagradas.
25
»Sirve sólo al Señor
tu Dios. Si lo haces, yo te bendeciré
con alimento y agua, y te protegeré de enfermedades.
26
No habrá en tu tierra ninguna mujer que pierda su embarazo o sea estéril; te daré una vida larga y plena.
27
»Enviaré mi terror delante de ti y sembraré pánico entre todos los pueblos de las tierras que invadas. Haré que todos tus enemigos den la vuelta y salgan corriendo.
28
Mandaré terror
delante de ti para expulsar a los heveos, a los cananeos y a los hititas;
29
pero no los expulsaré a todos en un solo año, porque la tierra quedaría desierta y los animales salvajes se multiplicarían y serían una amenaza para ti.
30
Los expulsaré poco a poco, hasta que tu población aumente lo suficiente para tomar posesión de la tierra.
31
Y estableceré los límites de tu territorio desde el mar Rojo hasta el mar Mediterráneo,
y desde el desierto oriental hasta el río Éufrates.
Entregaré en tus manos a los pueblos que ahora viven en esa tierra, y tú los expulsarás a tu paso.
32
»No hagas tratados con ellos ni con sus dioses.
33
Ninguno de ellos deberá vivir en tu tierra, porque te harán pecar contra mí. Si sirves a sus dioses, quedarás apresado en la trampa de la idolatría».