4
Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le hubiere dado a luz hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo.
5
Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre.
6
Entonces su amo lo hará llegar a los jueces, y le hará llegar a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lezna, y será su siervo para siempre.
7
Y cuando alguno vendiere su hija por sierva, no saldrá como suelen salir los siervos.
8
Si no agradare a su señor, por lo cual no la tomó por esposa, se permitirá que se rescate, y no la podrá vender a pueblo extraño cuando la desechare.
9
Mas si la hubiere desposado con su hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas.
10
Si le tomare otra, no disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el deber conyugal.
11
Y si ninguna de estas tres cosas hiciere, ella saldrá de gracia sin dinero.
12
El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá.
13
Mas el que no armó asechanzas, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te pondré lugar al cual ha de huir.
14
Además, si alguno se ensoberbeciere contra su prójimo, y lo matare con engaño, de mi altar lo quitarás para que muera.