22
»Supongamos que dos hombres pelean y, durante la lucha, golpean accidentalmente a una mujer embarazada y ella da a luz antes de término.
Si ella no sufrió más heridas, el hombre que golpeó a la mujer estará obligado a pagar la compensación que el esposo de la mujer exija y que los jueces aprueben.
23
Pero si hay más lesiones, el castigo debe ser acorde a la gravedad del daño: vida por vida,
24
ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,
25
quemadura por quemadura, herida por herida, moretón por moretón.
26
»Si un hombre golpea a su esclavo o a su esclava en el ojo, y debido a ello lo deja ciego de ese ojo, tendrá que darle su libertad a modo de compensación por el ojo.
27
Y si le rompe un diente a su esclavo o esclava, tendrá que darle la libertad para compensarle el diente.
28
»Si un buey
mata a cornadas a un hombre o a una mujer, habrá que apedrear al buey y se prohíbe comer su carne. En ese caso, sin embargo, el dueño del buey no será responsable.
29
Pero supongamos que el buey tenía fama de cornear, y el dueño ya había sido advertido pero no lo mantenía bajo control; si el buey posteriormente mata a alguien, habrá que apedrearlo, y el dueño también tendrá que morir.
30
Sin embargo, los familiares del muerto podrán aceptar un pago a modo de compensar por la pérdida de vida. El dueño del buey podrá salvar su vida pagando lo que se le exija.
31
»La misma ordenanza se aplica si el buey cornea a un muchacho o a una muchacha.
32
Pero si el buey cornea a un esclavo, sea hombre o mujer, el dueño del animal pagará al dueño del esclavo treinta monedas de plata,
y el buey morirá apedreado.