1
Un día, mientras Jesús enseñaba al pueblo en el templo y les predicaba el evangelio, se le acercaron los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, junto con los ancianos.
2
—Dinos con qué autoridad haces esto —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad?
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—Yo también voy a hacerles una pregunta a ustedes —replicó él—. Díganme:
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El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de la tierra?
5
Ellos, pues, lo discutieron entre sí: «Si respondemos: “Del cielo”, nos dirá: “¿Por qué no le creyeron?”
6
Pero si decimos: “De la tierra”, todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta».Así que le respondieron:
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—No sabemos de dónde era.
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—Pues yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago esto.