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»Cuando tomamos la ruta hacia Basán, el rey Og, que gobernaba ese país, nos salió al encuentro en Edrey. Iba acompañado de todo su ejército, dispuesto a pelear.
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Pero el SEÑOR me dijo: “No le tengan miedo, porque se lo he entregado a ustedes, con todo su ejército y su territorio. Hagan con él lo que hicieron con Sijón, rey de los amorreos, que reinaba en Hesbón”.
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»Y así sucedió. El SEÑOR nuestro Dios también entregó en nuestras manos al rey de Basán y a todo su ejército. Los derrotamos, y nadie vivió para contarlo.
4
En aquella ocasión conquistamos todas sus ciudades. Nos apoderamos de las sesenta ciudades que se encontraban en la región de Argob, del reino de Og en Basán.
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Todas esas ciudades estaban fortificadas con altos muros, y con portones y barras, sin contar las muchas aldeas no amuralladas.
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Tal como hicimos con Sijón, rey de Hesbón, destruimos por completo las ciudades con sus varones, mujeres y niños,
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pero nos quedamos con todo el ganado y el botín de sus ciudades.
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»Fue así como en aquella ocasión nos apoderamos del territorio de esos dos reyes amorreos, es decir, de toda la porción al este del Jordán, desde el arroyo Arnón hasta el monte Hermón,
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al que los sidonios llaman Sirión y los amorreos Senir.
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También nos apoderamos de todas las ciudades de la meseta, todo Galaad y todo Basán, hasta Salcá y Edrey, ciudades del reino de Og en Basán.
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Por cierto, el rey Og de Basán fue el último de los gigantes. Su cama era de hierro y medía cuatro metros y medio de largo por dos de ancho. Todavía se puede verla en Rabá de los amonitas.
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»Una vez que nos apoderamos de esa tierra, a los rubenitas y a los gaditas les entregué el territorio que está al norte de Aroer y junto al arroyo Arnón, y también la mitad de la región montañosa de Galaad con sus ciudades.
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El resto de Galaad y todo el reino de Og, es decir, Basán, se los entregué a la media tribu de Manasés.»Ahora bien, a toda la región de Argob en Basán se le conoce como tierra de gigantes.
14
Yaír, uno de los descendientes de Manasés, se apoderó de toda la región de Argob hasta la frontera de los guesureos y los macateos, y a esa región de Basán le puso su propio nombre, llamándola Javot Yaír, nombre que retiene hasta el día de hoy.
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A Maquir le entregué Galaad,
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y a los rubenitas y a los gaditas les entregué el territorio que se extiende desde Galaad hasta el centro del arroyo Arnón, y hasta el río Jaboc, que marca la frontera de los amonitas.
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Su frontera occidental era el Jordán en el Arabá, desde el lago Quinéret hasta el mar del Arabá, que es el Mar Muerto, en las laderas del monte Pisgá.
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»En aquel tiempo les di esta orden: “El SEÑOR su Dios les ha dado posesión de esta tierra. Ustedes, los hombres fuertes y guerreros, pasen al otro lado al frente de sus hermanos israelitas.
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En las ciudades que les he entregado permanecerán solamente sus mujeres, sus niños y el mucho ganado que yo sé que ustedes tienen.
20
No podrán volver al territorio que les he entregado hasta que el SEÑOR haya dado reposo a sus hermanos, como se lo ha dado a ustedes, y hasta que ellos hayan tomado posesión de la tierra que el SEÑOR su Dios les entregará al otro lado del Jordán”.
21
»En aquel tiempo le ordené a Josué: “Con tus propios ojos has visto todo lo que el SEÑOR, el Dios de ustedes, ha hecho con esos dos reyes. Y lo mismo hará con todos los reinos por donde vas a pasar.
22
No les tengas miedo, que el SEÑOR tu Dios pelea por ti”.
23
»En aquella ocasión le supliqué al SEÑOR:
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“Tú, SEÑOR y Dios, has comenzado a mostrarle a tu siervo tu grandeza y tu poder; pues ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las obras y los prodigios que tú realizas?
25
Déjame pasar y ver la buena tierra al otro lado del Jordán, esa hermosa región montañosa y el Líbano”.
26
Pero por causa de ustedes el SEÑOR se enojó conmigo y no me escuchó, sino que me dijo: “¡Basta ya! No me hables más de este asunto.
27
Sube hasta la cumbre del Pisgá y mira al norte, al sur, al este y al oeste. Contempla la tierra con tus propios ojos, porque no vas a cruzar este río Jordán.
28
Dale a Josué las debidas instrucciones; anímalo y fortalécelo, porque será él quien pasará al frente de este pueblo y quien les dará en posesión la tierra que vas a ver”.
29
»Y permanecimos en el valle, frente a Bet Peor.