6
La costa filistea se convertirá en pastizales desiertos,
un lugar en el que acampan los pastores
con corrales para ovejas y cabras.
7
Allí pastoreará un remanente de la tribu de Judá.
Por las noches descansarán en las casas abandonadas de Ascalón.
Pues el Señor
su Dios visitará a su pueblo con bondad
y le devolverá su prosperidad.
8
Juicio contra Moab y Amón
«He oído las burlas de los moabitas
y los insultos de los amonitas
cuando se mofan de mi pueblo
e invaden sus fronteras.
9
Ahora, tan cierto como que yo vivo,
—dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel—,
Moab y Amón serán destruidos,
aniquilados por completo, igual que Sodoma y Gomorra.
Su tierra será un lugar de ortigas,
de pozos de sal y de desolación eterna.
El remanente de mi pueblo los saqueará
y tomará su tierra».
10
Recibirán el pago de su orgullo,
porque se burlaron del pueblo del Señor
de los Ejércitos Celestiales.
11
El Señor
los llenará de terror
cuando destruya a todos los dioses de la tierra.
Entonces naciones en todo el mundo adorarán al Señor
,
cada una en su propio país.
12
Juicio contra Etiopía y Asiria
«Ustedes, etíopes,
también serán masacrados
por mi espada», dice el Señor
.
13
Con su puño, el Señor
golpeará a las tierras del norte
y así destruirá a la tierra de Asiria.
Hará de Nínive, su gran capital, una desolada tierra baldía,
reseca como un desierto.
14
La orgullosa ciudad vendrá a ser pastizal para los rebaños y manadas;
allí se instalará y vivirá toda clase de animales salvajes.
El búho del desierto y la lechuza blanca se posarán sobre las columnas destruidas
y sus reclamos se oirán por las ventanas rotas.
Los escombros taparán todas las puertas
y los revestimientos de cedro quedarán a la intemperie.
15
Esta es la ruidosa ciudad
que un día fue tan segura.
«¡Yo soy la más grande! —se jactaba—.
¡No hay otra ciudad que se compare conmigo!».
Sin embargo, ahora, miren la ruina en la que se convirtió,
un refugio de animales salvajes.
Todo el que pase por allí, se reirá con desdén
y sacudirá su puño en señal de desafío.