4
Pues has juzgado a mi favor;
desde tu trono juzgaste con imparcialidad.
5
Reprendiste a las naciones y destruiste a los malvados;
borraste sus nombres para siempre.
6
El enemigo está acabado, quedó en ruinas eternas;
las ciudades que arrancaste de raíz ya pasaron al olvido.
7
Pero el Señor
reina para siempre,
desde su trono lleva a cabo el juicio.
8
Juzgará al mundo con justicia
y gobernará a las naciones con imparcialidad.
9
El Señor
es un refugio para los oprimidos,
un lugar seguro en tiempos difíciles.
10
Los que conocen tu nombre confían en ti,
porque tú, oh Señor
, no abandonas a los que te buscan.
11
Canten alabanzas al Señor
, que reina en Jerusalén.
Cuéntenle al mundo acerca de sus inolvidables hechos.
12
Pues el vengador de los que son asesinados cuida de los indefensos;
no pasa por alto el clamor de los que sufren.
13
Señor
, ten misericordia de mí.
Mira cómo me atormentan mis enemigos;
arrebátame de las garras de la muerte.
14
Sálvame, para que te alabe públicamente en las puertas de Jerusalén,
para que me alegre porque me has rescatado.