30
Pero, si sus descendientes abandonan mis enseñanzas
y dejan de obedecer mis ordenanzas,
31
si desobedecen mis decretos
y dejan de cumplir mis mandatos,
32
entonces castigaré su pecado con vara
y su desobediencia con azotes.
33
Pero jamás dejaré de amarlo
ni de cumplir la promesa que le hice.
34
Por nada romperé mi pacto;
no retiraré ni una sola palabra que he dicho.
35
Le hice un juramento a David
y por mi santidad no puedo mentir:
36
su dinastía seguirá por siempre;
su reino perdurará como el sol.
37
Será tan eterno como la luna,
¡la cual es mi fiel testigo en el cielo!»
Interludio
38
Pero ahora lo has rechazado y desechado
y estás enojado con tu rey ungido.
39
Has renunciado al pacto que hiciste con él;
arrojaste su corona al polvo.
40
Derribaste las murallas que lo protegían
y destruiste cada fuerte que lo defendía.