4
Allí tus enemigos dieron gritos victoriosos de guerra;
allí levantaron sus estandartes de batalla.
5
Blandieron sus hachas
como leñadores en el bosque.
6
Con hachas y picos,
destrozaron los paneles tallados.
7
Redujeron tu santuario a cenizas;
profanaron el lugar que lleva tu nombre.
8
Luego pensaron: «¡Destruyamos todo!».
Entonces quemaron por completo todos los lugares de adoración a Dios.
9
Ya no vemos tus señales milagrosas;
ya no hay más profetas,
y nadie puede decirnos cuándo acabará todo esto.
10
¿Hasta cuándo, oh Dios, dejarás que tus enemigos te insulten?
¿Permitirás que deshonren tu nombre para siempre?
11
¿Por qué contienes tu fuerte brazo derecho?
Descarga tu poderoso puño y destrúyelos.
12
Tú, oh Dios, eres mi rey desde hace siglos,
traes salvación a la tierra.
13
Dividiste el mar con tu fuerza
y les rompiste la cabeza a los monstruos marinos.
14
Aplastaste las cabezas del Leviatán
y dejaste que se lo comieran los animales del desierto.