2
Desde los extremos de la tierra,
clamo a ti por ayuda
cuando mi corazón está abrumado.
Guíame a la imponente roca de seguridad,
3
porque tú eres mi amparo seguro,
una fortaleza donde mis enemigos no pueden alcanzarme.
4
Permíteme vivir para siempre en tu santuario,
¡a salvo bajo el refugio de tus alas!
Interludio
5
Pues has oído mis votos, oh Dios;
me diste una herencia reservada para los que temen tu nombre.
6
¡Añade muchos años a la vida del rey!
¡Que sus años abunden de generación en generación!
7
Que reine bajo la protección de Dios para siempre,
y que tu amor inagotable y tu fidelidad lo cuiden.
8
Entonces cantaré alabanzas a tu nombre para siempre,
mientras cumplo mis votos cada día.