9
Oh Dios, meditamos en tu amor inagotable
mientras adoramos en tu templo.
10
Como lo merece tu nombre, oh Dios,
serás alabado hasta los extremos de la tierra;
tu fuerte mano derecha está llena de victoria.
11
Que se goce la gente del monte Sión;
que se alegren todas las ciudades de Judá
a causa de tu justicia.
12
Vayan a inspeccionar la ciudad de Jerusalén;
anden por ella y cuenten sus muchas torres.
13
Fíjense en las murallas fortificadas
y recorran todas sus ciudadelas,
para que puedan describirlas
a las generaciones futuras.
14
Pues así es Dios.
Él es nuestro Dios por siempre y para siempre,
y nos guiará hasta el día de nuestra muerte.