5
Pero mis enemigos solo hablan mal de mí.
Preguntan: «¿Falta mucho para que se muera y pase al olvido?».
6
Me visitan como si fueran mis amigos,
pero mientras tanto juntan chismes
y, cuando se van, los divulgan a los cuatro vientos.
7
Los que me odian susurran cosas acerca de mí
y se imaginan lo peor.
8
«Tiene alguna enfermedad fatal —dicen—.
¡Jamás se levantará de la cama!».
9
Hasta mi mejor amigo, en quien tenía plena confianza,
quien compartía mi comida, se ha puesto en mi contra.
10
Señor
, ten misericordia de mí.
¡Devuélveme la salud para que pueda darles su merecido!
11
Sé que soy de tu agrado,
porque no permitiste que mis enemigos triunfaran sobre mí.
12
Has preservado mi vida porque soy inocente;
me has traído a tu presencia y eso es para siempre.
13
Alaben al Señor
, Dios de Israel,
quien vive desde la eternidad hasta la eternidad.
¡Amén y amén!