1
Salmo 22
Para el director del coro: salmo de David; cántese con la melodía de «Cierva de la aurora».
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
¿Por qué estás tan lejos cuando gimo por ayuda?
2
Cada día clamo a ti, mi Dios, pero no respondes;
cada noche oyes mi voz, pero no encuentro alivio.
3
Sin embargo, tú eres santo,
estás entronizado en las alabanzas de Israel.
4
Nuestros antepasados confiaron en ti,
y los rescataste.
5
Clamaron a ti, y los salvaste;
confiaron en ti y nunca fueron avergonzados.
6
Pero yo soy un gusano, no un hombre;
¡todos me desprecian y me tratan con desdén!
7
Todos los que me ven se burlan de mí;
sonríen con malicia y menean la cabeza mientras dicen: