1
Salmo 2
¿Por qué se enojan tanto las naciones?
¿Por qué pierden el tiempo haciendo planes inútiles?
2
Los reyes de la tierra se preparan para la batalla,
los gobernantes conspiran juntos
en contra del Señor
y en contra de su ungido.
3
«¡Rompamos las cadenas! —gritan—,
¡y liberémonos de ser esclavos de Dios!».
4
Pero el que gobierna en el cielo se ríe;
el Señor se burla de ellos.
5
Después los reprende con enojo;
los aterroriza con su intensa furia.
6
Pues el Señor declara:
«He puesto a mi rey elegido en el trono
de Jerusalén,
en mi monte santo».
7
El rey proclama el decreto del Señor
:
«El Señor
me dijo: “Tú eres mi hijo.
Hoy he llegado a ser tu Padre.
8
Sólo pídelo, y te daré como herencia las naciones,
toda la tierra como posesión tuya.
9
Las quebrarás
con vara de hierro
y las harás pedazos como si fueran ollas de barro”».