7
Entonces la tierra se estremeció y tembló;
se sacudieron los cimientos de las montañas;
temblaron a causa de su enojo.
8
De su nariz salía humo a raudales,
de su boca saltaban violentas llamas de fuego;
carbones encendidos se disparaban de él.
9
Abrió los cielos y descendió;
había oscuras nubes de tormenta debajo de sus pies.
10
Voló montado sobre un poderoso ser angelical,
remontándose sobre las alas del viento.
11
Se envolvió con un manto de oscuridad
y ocultó su llegada con oscuras nubes de lluvia.
12
Nubes densas taparon el brillo a su alrededor,
e hicieron llover granizo y carbones encendidos.
13
El Señor
retumbó desde el cielo;
la voz del Altísimo resonó
en medio del granizo y de los carbones encendidos.
14
Disparó sus flechas y dispersó a sus enemigos;
destelló su relámpago, y quedaron muy confundidos.
15
Luego, a tu orden, oh Señor
,
a la ráfaga de tu aliento,
pudo verse el fondo del mar,
y los cimientos de la tierra quedaron al descubierto.
16
Él extendió la mano desde el cielo y me rescató;
me sacó de aguas profundas.
17
Me rescató de mis enemigos poderosos,
de los que me odiaban y eran demasiado fuertes para mí.
18
Me atacaron en un momento de angustia,
pero el Señor
me sostuvo.
19
Me condujo a un lugar seguro;
me rescató porque en mí se deleita.
20
El Señor
me recompensó por hacer lo correcto;
me restauró debido a mi inocencia.
21
Pues he permanecido en los caminos del Señor
;
no me he apartado de mi Dios para seguir el mal.
22
He seguido todas sus ordenanzas,
nunca he abandonado sus decretos.
23
Soy intachable delante de Dios;
me he abstenido del pecado.
24
El Señor
me recompensó por hacer lo correcto;
él ha visto mi inocencia.
25
Con los fieles te muestras fiel;
a los íntegros les muestras integridad.
26
Con los puros te muestras puro,
pero te muestras hostil con los perversos.
27
Rescatas al humilde,
pero humillas al orgulloso.