92
Si tus enseñanzas no me hubieran sostenido con alegría,
ya habría muerto en mi sufrimiento.
93
Jamás olvidaré tus mandamientos,
pues por medio de ellos me diste vida.
94
Soy tuyo, ¡rescátame!,
porque me he esforzado mucho en obedecer tus mandamientos.
95
Aunque los malvados se escondan por el camino para matarme,
con calma, mantendré mi mente puesta en tus leyes.
96
Aun la perfección tiene sus límites,
pero tus mandatos no tienen límite.
97
Mem
¡Oh, cuánto amo tus enseñanzas!
Pienso en ellas todo el día.
98
Tus mandatos me hacen más sabio que mis enemigos,
pues me guían constantemente.
99
Así es, tengo mejor percepción que mis maestros,
porque siempre pienso en tus leyes.
100
Hasta soy más sabio que los ancianos,
porque he obedecido tus mandamientos.
101
Me negué a andar por cualquier mal camino,
a fin de permanecer obediente a tu palabra.
102
No me he apartado de tus ordenanzas,
porque me has enseñado bien.