16
Me deleitaré en tus decretos
y no olvidaré tu palabra.
17
Guímel
Sé bueno con este siervo tuyo,
para que viva y obedezca tu palabra.
18
Abre mis ojos, para que vea
las verdades maravillosas que hay en tus enseñanzas.
19
No soy más que un extranjero en la tierra.
¡No escondas de mí tus mandatos!
20
Siempre me conmueve
el deseo de conocer tus ordenanzas.
21
Tú reprendes al arrogante;
los que se alejan de tus mandatos son malditos.
22
No permitas que se burlen de mí y me insulten,
pues he obedecido tus leyes.
23
Hasta los príncipes se sientan y hablan contra mí,
pero yo meditaré en tus decretos.
24
Tus leyes me agradan;
me dan sabios consejos.
25
Dálet
Estoy tirado en el polvo;
revíveme con tu palabra.
26
Te conté mis planes y me respondiste.
Ahora, enséñame tus decretos.