10
Algunos estaban en oscuridad y en una profunda penumbra,
presos del sufrimiento con cadenas de hierro.
11
Se rebelaron contra las palabras de Dios,
se burlaron del consejo del Altísimo.
12
Por eso los doblegó con trabajo forzado;
cayeron, y no hubo quien los ayudara.
13
«¡Socorro, Señor
!», clamaron en medio de su dificultad,
y él los salvó de su aflicción.
14
Los sacó de la oscuridad y de la profunda penumbra;
les rompió las cadenas.
15
Que alaben al Señor
por su gran amor
y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
16
Pues rompió las puertas de bronce de su prisión;
partió en dos los barrotes de hierro.
17
Algunos fueron necios; se rebelaron
y sufrieron por sus pecados.
18
No podían ni pensar en comer,
y estaban a las puertas de la muerte.
19
«¡Socorro, Señor
!», clamaron en medio de su dificultad
y él los salvó de su aflicción.
20
Envió su palabra y los sanó;
los arrebató de las puertas de la muerte.
21
Que alaben al Señor
por su gran amor
y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
22
Que ofrezcan sacrificios de agradecimiento
y canten con alegría por sus gloriosos actos.
23
Algunos se hicieron a la mar en barcos
y surcaron las rutas comerciales del mundo.
24
También observaron el poder del Señor
en acción,
sus impresionantes obras en los mares más profundos.
25
Él habló, y se desataron los vientos
que agitaron las olas.
26
Los barcos fueron lanzados hacia los cielos
y cayeron nuevamente a las profundidades;
los marineros se acobardaron de terror.
27
Se tambaleaban y daban tumbos como borrachos,
no sabían qué más hacer.
28
«S
, ¡socorro!», clamaron en medio de su dificultad,
y él los salvó de su aflicción.
29
Calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro
y aquietó las olas.
30
¡Qué bendición fue esa quietud
cuando los llevaba al puerto sanos y salvos!