11
Era rebelde y descarada,
de esas que nunca están conformes con quedarse en casa.
12
Suele frecuentar las calles y los mercados,
ofreciéndose en cada esquina.
13
Lo rodeó con sus brazos y lo besó,
y mirándolo con descaro le dijo:
14
«Acabo de hacer mis ofrendas de paz
y de cumplir mis votos.
15
¡Tú eres precisamente al que estaba buscando!
¡Salí a encontrarte y aquí estás!
16
Mi cama está tendida con hermosas colchas,
con coloridas sábanas de lino egipcio.
17
La he perfumado
con mirra, áloes y canela.
18
Ven, bebamos sin medida la copa del amor hasta el amanecer.
Disfrutemos de nuestras caricias,
19
ahora que mi esposo no está en casa.
Se fue de viaje por mucho tiempo.
20
Se llevó la cartera llena de dinero
y no regresará hasta fin de mes».
21
Y así lo sedujo con sus dulces palabras
y lo engatusó con sus halagos.