8
se esfuerzan todo el verano,
juntando alimento para el invierno.
9
Pero tú, holgazán, ¿hasta cuándo seguirás durmiendo?
¿Cuándo despertarás?
10
Un rato más de sueño, una breve siesta,
un pequeño descanso cruzado de brazos.
11
Entonces la pobreza te asaltará como un bandido;
la escasez te atacará como un ladrón armado.
12
¿Cómo son las personas despreciables y perversas?
Nunca dejan de mentir,
13
demuestran su engaño al guiñar con los ojos,
al dar golpes suaves con los pies o hacer gestos con los dedos.
14
Sus corazones pervertidos traman el mal,
y andan siempre provocando problemas.
15
Sin embargo, serán destruidos de repente,
quebrantados en un instante y sin la menor esperanza de recuperarse.
16
Hay seis cosas que el Señor
odia,
no, son siete las que detesta:
17
los ojos arrogantes,
la lengua mentirosa,
las manos que matan al inocente,
18
el corazón que trama el mal,
los pies que corren a hacer lo malo,