22
Es imposible separar al necio de su necedad,
aunque lo muelas como al grano en un mortero.
23
Mantente al tanto del estado de tus rebaños
y entrégate de lleno al cuidado de tus ganados,
24
porque las riquezas no duran para siempre,
y tal vez la corona no pase a la próxima generación.
25
Cuando se haya cosechado el heno y aparezca la nueva cosecha
y se recojan las hierbas de los montes,
26
tus ovejas proveerán la lana para vestirte,
y tus cabras servirán para comprar un campo.
27
Y tendrás suficiente leche de cabra para ti,
para tu familia y para tus criadas.