17
Entrometerse en los pleitos ajenos
es tan necio como jalarle las orejas a un perro.
18
Tanto daña
un loco que dispara un arma mortal
19
como el que miente a un amigo
y luego le dice: «Solo estaba bromeando».
20
El fuego se apaga cuando falta madera,
y las peleas se acaban cuando termina el chisme.
21
El buscapleitos inicia disputas con tanta facilidad
como las brasas calientes encienden el carbón o el fuego prende la madera.
22
Los rumores son deliciosos bocaditos
que penetran en lo profundo del corazón.
23
Las palabras suaves
pueden ocultar un corazón perverso,
así como un barniz atractivo cubre una olla de barro.
24
La gente podrá encubrir su odio con palabras agradables,
pero te están engañando.
25
Fingen ser amables, pero no les creas;
tienen el corazón lleno de muchas maldades.
26
Aunque su odio esté encubierto por engaños,
sus fechorías serán expuestas en público.
27
Si tiendes una trampa para otros,
tú mismo caerás en ella.
Si echas a rodar una roca sobre otros,
no los aplastará a ellos sino a ti.