2
La gente puede considerarse pura según su propia opinión,
pero el Señor
examina sus intenciones.
3
Pon todo lo que hagas en manos del Señor
,
y tus planes tendrán éxito.
4
El Señor
ha hecho todo para sus propios propósitos,
incluso al perverso para el día de la calamidad.
5
El Señor
detesta a los orgullosos.
Ciertamente recibirán su castigo.
6
Con amor inagotable y fidelidad se perdona el pecado.
Con el temor del Señor
el mal se evita.
7
Cuando la vida de alguien agrada al Señor
,
hasta sus enemigos están en paz con él.
8
Es mejor tener poco con justicia,
que ser rico y deshonesto.
9
Podemos hacer nuestros planes,
pero el Señor
determina nuestros pasos.
10
El rey habla con sabiduría divina;
nunca debe juzgar injustamente.
11
El Señor
exige el uso de pesas y balanzas exactas,
él es quien fija los parámetros de la justicia.
12
El rey detesta las fechorías,
porque su gobierno se basa en la justicia.