8
El Señor
detesta el sacrificio de los perversos,
pero se deleita con las oraciones de los íntegros.
9
El Señor
detesta el camino de los perversos,
pero ama a quienes siguen la justicia.
10
El que abandona el buen camino será severamente disciplinado;
el que odia la corrección morirá.
11
Ni la Muerte ni la Destrucción
ocultan secretos al Señor
,
¡mucho menos el corazón humano!
12
Los burlones odian ser corregidos,
por eso se alejan de los sabios.
13
El corazón contento alegra el rostro;
el corazón quebrantado destruye el espíritu.
14
El sabio tiene hambre de conocimiento,
mientras que el necio se alimenta de basura.
15
Para el abatido, cada día acarrea dificultades;
para el de corazón feliz, la vida es un banquete continuo.
16
Más vale tener poco, con el temor del Señor
,
que tener grandes tesoros y vivir llenos de angustia.
17
Un plato de verduras con alguien que amas
es mejor que carne asada con alguien que odias.
18
El que pierde los estribos con facilidad provoca peleas;
el que se mantiene sereno, las detiene.