1
El Señor
detesta el uso de las balanzas adulteradas,
pero se deleita en pesas exactas.
2
El orgullo lleva a la deshonra,
pero con la humildad viene la sabiduría.
3
La honestidad guía a la gente buena;
la deshonestidad destruye a los traicioneros.
4
Las riquezas no servirán para nada en el día del juicio,
pero la vida recta puede salvarte de la muerte.
5
La honestidad dirige los pasos de los justos;
los perversos caen bajo el peso de su pecado.
6
La justicia rescata a las personas buenas;
los traidores quedan atrapados por su propia ambición.
7
Cuando los perversos mueren, sus esperanzas mueren con ellos,
porque confían en sus propias y deficientes fuerzas.