8
El profeta es un centinela sobre Israel
para mi Dios,
sin embargo, dondequiera que va le tienden trampas.
Hasta en la casa de Dios enfrenta hostilidad.
9
Lo que hace mi pueblo es tan depravado
como lo que se hizo en Guibeá hace mucho tiempo.
Dios no olvidará;
sin falta los castigará por sus pecados.
10
Dice el Señor
: «Oh Israel, cuando te encontré por primera vez,
fue como encontrar uvas frescas en el desierto.
Cuando vi a tus antepasados,
fue como ver los primeros higos maduros de la temporada.
Pero después me abandonaron por Baal-peor
y se entregaron a ese ídolo vergonzoso.
En poco tiempo se volvieron viles,
tan viles como el dios al que rinden culto.
11
La gloria de Israel saldrá volando como un ave,
porque tus hijos no nacerán,
ni crecerán en la matriz,
ni siquiera serán concebidos.
12
Aunque algunos de tus hijos lleguen a crecer,
yo te los arrebataré.
Será un día terrible cuando me aleje
y te deje solo.
13
He visto a Israel llegar a ser tan hermoso como Tiro.
Pero ahora Israel sacará a sus hijos para ser masacrados».
14
Oh Señor
, ¿qué debería pedir para tu pueblo?
Pediré matrices que no den a luz
y pechos que no den leche.
15
Dice el Señor
: «Toda su perversidad empezó en Gilgal;
allí comencé a odiarlos.
A causa de sus malas acciones
los sacaré de mi tierra.
Ya no los amaré
porque todos sus líderes son rebeldes.
16
El pueblo de Israel ha sido derribado.
Sus raíces se han secado
y no darán más fruto.
Y si dan a luz,
yo mataré a sus amados hijos».
17
Mi Dios rechazará al pueblo de Israel
porque no quiere escuchar ni obedecer.
Será un vagabundo,
sin hogar entre las naciones.