17
Allí los israelitas entonaron el siguiente canto:
«¡Brota, oh pozo!
¡Sí, canten sus alabanzas!
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Canten de este pozo,
que príncipes excavaron,
que grandes líderes abrieron
con sus cetros y varas».
Luego los israelitas salieron del desierto y pasaron por Mataná,
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Nahaliel y Bamot.
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Después fueron al valle en Moab donde está la cima del monte Pisga, con vista a la tierra baldía.
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Victoria sobre Sehón y Og
Después los israelitas enviaron embajadores a Sehón, rey de los amorreos, con el siguiente mensaje:
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«Permítenos atravesar tu territorio. Tendremos cuidado de no pasar por tus campos y viñedos, ni siquiera beberemos agua de tus pozos. Seguiremos derecho por el camino real hasta que hayamos atravesado tu territorio».
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Sin embargo, el rey Sehón rehusó permitirles atravesar su territorio. En cambio, movilizó a todo su ejército y atacó a Israel en el desierto y peleó con ellos en Jahaza.
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Así que los israelitas los masacraron a filo de espada y ocuparon su tierra, desde el río Arnón hasta el río Jaboc. Avanzaron solo hasta los límites de los amonitas porque su frontera estaba fortificada.
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De manera que Israel tomó todas las ciudades amorreas y se estableció en ellas, incluida la ciudad de Hesbón y sus aldeas vecinas.
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Hesbón había sido la capital de Sehón, rey de los amorreos. Él había derrotado al rey moabita anterior y se había apoderado de toda su tierra hasta el río Arnón.
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Por eso los poetas antiguos escribieron lo siguiente sobre él:
«¡Vengan a Hesbón y que sea reconstruida!
Que la ciudad de Sehón sea restaurada.