22
ni uno solo de este pueblo entrará jamás en esa tierra. Todos vieron mi gloriosa presencia y las señales milagrosas que realicé, tanto en Egipto como en el desierto, pero vez tras vez me han probado, rehusando escuchar mi voz.
23
Ni siquiera verán la tierra que juré dar a sus antepasados. Ninguno de los que me trataron con desdén la verá.
24
Sin embargo, mi servidor Caleb tiene una actitud diferente a los demás. Él se ha mantenido fiel a mí, por lo tanto, yo lo llevaré a la tierra que él exploró. Sus descendientes tomarán posesión de la porción de la tierra que les corresponde.
25
Ahora bien, den la vuelta y no sigan hacia la tierra donde habitan los amalecitas y los cananeos. Mañana deberán partir al desierto en dirección del mar Rojo.
26
El Señor
castiga a los israelitas
Entonces el Señor
les dijo a Moisés y a Aarón:
27
«¿Hasta cuándo debo tolerar a esta perversa comunidad y sus quejas en mi contra? Sí, he oído las quejas que los israelitas tienen contra mí.
28
Ahora bien, díganles lo siguiente: tan cierto como que yo vivo, declara el Señor
, haré con ustedes precisamente lo que les oí decir.
29
¡Todos caerán muertos en este desierto! Ya que se quejaron en contra de mí, cada uno de los registrados que tiene veinte años o más, morirá.
30
No entrarán a ocupar la tierra que yo juré darles, excepto Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun.
31
»Ustedes dijeron que sus niños serían llevados como botín. Pues bien, yo me ocuparé de que entren a salvo a esa tierra y que disfruten lo que ustedes despreciaron.
32
Pero en cuanto a ustedes, caerán muertos en este desierto.
33
Sus hijos serán como pastores que vagarán por el desierto durante cuarenta años y de esa manera, ellos pagarán por la infidelidad de ustedes, hasta que el último de ustedes caiga muerto en el desierto.
34
»Puesto que sus hombres exploraron la tierra durante cuarenta días, ustedes andarán vagando en el desierto por cuarenta años —un año por cada día— y así sufrirán las consecuencias de sus pecados. Entonces sabrán lo que es tenerme como enemigo.
35
¡Yo, el Señor
, he hablado! Sin falta, haré todas estas cosas a cada miembro de la comunidad que conspiró contra mí. ¡Serán destruidos en este desierto, y aquí morirán!».
36
Entonces los diez hombres que Moisés envió a explorar la tierra —que por sus malos informes incitaron la rebelión contra el Señor
—
37
fueron heridos de muerte por una plaga delante del Señor
.
38
De los doce que exploraron la tierra, solo Josué y Caleb siguieron vivos.
39
Después, cuando Moisés comunicó las palabras del Señor
a todos los israelitas, se llenaron de profundo dolor.
40
Así que a la mañana siguiente se levantaron temprano y subieron a la parte alta de las colinas. «¡Vamos! —dijeron—. Reconocemos que hemos pecado, pero ahora estamos listos para entrar a la tierra que el Señor
nos prometió».
41
Pero Moisés les dijo: «¿Por qué desobedecen ahora las órdenes del Señor
de volver al desierto? No les dará resultado.
42
No suban ahora a la tierra. Lo único que sucederá es que sus enemigos los aplastarán porque el Señor
no está con ustedes.