3
»Oh pueblo mío, ¿qué te he hecho?
¿Qué he hecho para que te canses de mí?
¡Contéstame!
4
Yo te saqué de Egipto
y te redimí de la esclavitud.
Envié a Moisés, a Aarón y a Miriam para ayudarte.
5
¿No te acuerdas, pueblo mío,
cómo el rey Balac de Moab intentó que te maldijeran
y cómo, en lugar de eso, Balaam hijo de Beor te bendijo?
Recuerda tu viaje de la arboleda de Acacias
a Gilgal,
cuando yo, el Señor
, hice todo lo posible
para enseñarte acerca de mi fidelidad».
6
¿Qué podemos presentar al Señor
?
¿Qué clase de ofrendas debemos darle?
¿Debemos inclinarnos ante Dios
con ofrendas de becerros de solo un año?
7
¿Debemos ofrecerle miles de carneros
y diez mil ríos de aceite de oliva?
¿Debemos sacrificar a nuestros hijos mayores
para pagar por nuestros pecados?
8
¡No! Oh pueblo, el Señor
te ha dicho lo que es bueno,
y lo que él exige de ti:
que hagas lo que es correcto, que ames la compasión
y que camines humildemente con tu Dios.
9
Culpa y castigo de Israel
¡Si son sabios, teman al Señor
!
Su voz llama a todos en Jerusalén:
«Los ejércitos de destrucción se acercan;
el Señor
los envía.
10
¿Qué puedo decir de las casas de los perversos
que se llenaron de riquezas obtenidas con estafa?
¿Qué de la práctica repugnante
de pesar el grano con medidas falsas?
11
¿Cómo podré tolerar a tus mercaderes
que usan balanzas y pesas adulteradas?
12
Los ricos entre ustedes llegaron a tener mucho dinero
mediante la extorsión y la violencia.
Tus habitantes están tan acostumbrados a mentir,
que su lengua ya no puede decir la verdad.
13
»¡Por lo tanto, yo te heriré!
Te dejaré en la ruina a causa de todos tus pecados.
14
Comerás pero no quedarás satisfecho.
Las punzadas de hambre y el vacío de tu estómago no cesarán.
Aunque intentes ahorrar dinero,
al final no te quedará nada.
Guardarás un poco,
pero se lo daré a tus conquistadores.
15
Sembrarás
pero no cosecharás.
Prensarás tus aceitunas
pero no obtendrás aceite suficiente para ungirte.
Pisarás las uvas
pero no conseguirás sacarles jugo para hacer vino.
16
¡Tú respetas solo las leyes del malvado rey Omri;
sigues solo el ejemplo del perverso rey Acab!
Por lo tanto, haré de ti un ejemplo,
llevándote a la ruina.
Serás tratado con desprecio,
ridiculizado por todos los que te vean».