18
»Les digo la verdad, todo lo que prohíban
en la tierra será prohibido en el cielo, y todo lo que permitan
en la tierra será permitido en el cielo.
19
»También les digo lo siguiente: si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra con respecto a cualquier cosa que pidan, mi Padre que está en el cielo la hará.
20
Pues donde se reúnen dos o tres en mi nombre, yo estoy allí entre ellos.
21
Parábola del deudor que no perdona
Luego Pedro se le acercó y preguntó:
—Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien
que peca contra mí? ¿Siete veces?
22
—respondió Jesús—,
23
»Por lo tanto, el reino del cielo se puede comparar a un rey que decidió poner al día las cuentas con los siervos que le habían pedido prestado dinero.
24
En el proceso, le trajeron a uno de sus deudores que le debía millones de monedas de plata.
25
No podía pagar, así que su amo ordenó que lo vendieran —junto con su esposa, sus hijos y todo lo que poseía— para pagar la deuda.
26
»El hombre cayó de rodillas ante su amo y le suplicó: “Por favor, tenme paciencia y te lo pagaré todo”.
27
Entonces el amo sintió mucha lástima por él, y lo liberó y le perdonó la deuda.
28
»Pero cuando el hombre salió de la presencia del rey, fue a buscar a un compañero, también siervo, que le debía unos pocos miles de monedas de plata.
Lo tomó del cuello y le exigió que le pagara de inmediato.