14
Jesús sana a un muchacho endemoniado
Al pie del monte, les esperaba una gran multitud. Un hombre vino y se arrodilló delante de Jesús y le dijo:
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«Señor, ten misericordia de mi hijo. Le dan ataques y sufre terriblemente. A menudo cae al fuego o al agua.
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Así que lo llevé a tus discípulos, pero no pudieron sanarlo».
17
Jesús dijo:
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Entonces Jesús reprendió al demonio, y el demonio salió del joven. A partir de ese momento, el muchacho estuvo bien.
19
Más tarde, los discípulos le preguntaron a Jesús en privado:
—¿Por qué nosotros no pudimos expulsar el demonio?
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—les dijo Jesús—.
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Jesús predice otra vez su muerte
Luego, cuando volvieron a reunirse en Galilea, Jesús les dijo:
23
Y los discípulos se llenaron de profundo dolor.
24
El pago del impuesto del templo
Cuando llegaron a Capernaúm, los cobradores del impuesto
del templo se acercaron a Pedro y le preguntaron:
—¿Tu maestro no paga el impuesto del templo?
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—Sí, lo paga —contestó Pedro.
Luego entró en la casa, pero antes de tener oportunidad de hablar, Jesús le preguntó:
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—Se los cobran a los que han conquistado —contestó Pedro.
—dijo Jesús—,
27
Sin embargo, no queremos que se ofendan, así que desciende al lago y echa el anzuelo. Abre la boca del primer pez que saques y allí encontrarás una gran moneda de plata.
Tómala y paga mi impuesto y el tuyo.